jueves, 21 de abril de 2016

No esperemos a que nos lo pidan



Ayudar, ¿Que significa?
Frenemos por un instante todos nuestros pensamientos. Respiremos, con la parte baja del abdomen. Inspiremos y expiremos ayuda.Que cada célula de nuestro cuerpo reciba ayuda.
"Ese hacer algo por el otro, de manera desinteresada para aliviarle el trabajo, la dolencia, la carga, el compromiso, la angustia, el padecimiento"
Asi como el oxígeno al ingresar al cuerpo, ayuda a todas las células a continuar con sus labores; la madre ayuda al niño a enfrentar un miedo; el maestro al discípulo a recordar un conocimiento. La pareja ayuda a vivir armoniosamente en un refugio de amor. El abuelo ayuda a su nieto a comprender una lección.

La vida esta llena de situaciones de ayuda. Podríamos describir infinidad de acontecimientos en donde este motor es el que impulsa a la acción.
¿pero cuando ayudamos?, para ayudar debemos sentir amor en nuestro interior. Hay un sentimiento dentro nuestro, que nos indica que somos capaces de ofrecer nuestro cuerpo o alguna posesión material, para que otro ser se beneficie, y pueda realizar algún aspecto del cual carece.

Si la humanidad es una gran familia, si somos lo mismo-; ¿porque no nos sentimos? y peor aún, ¿porque no nos ayudamos?
Y en esta pregunta está la respuesta. Para ayudarnos, debemos sentirnos. Debemos vibrar en sintonía con el otro. Y vibrar significa ponerse en la realidad del otro. Pero desde el corazón, desde el interior y no desde la lástima, desde la culpa, o desde el 'deber'.
Cuando uno da desde una consciencia superior, porque existe una conexión plena de alma y cuerpo con el otro, la ayuda es benéfica, es eterna. Y entramos en la rueda de dar y recibir sin frenos. Entramos en la esencia del universo, en la frecuencia del amor. Pero para ello, debemos estar en armonía con nosotros mismos. Y armonía no quiere decir, esperar a estar contentos o que nuestros asuntos anden optimos; sino estar plenamente conscientes del lugar que ocupamos, del amor que llevamos dentro, y de las necesidades que tenemos como seres vivientes de esta tierra.
Debemos despertar nuestra luz interna. Más allá de meditar, de practicar yoga, de generosamente dar nuestras prendas a las iglesias o de visitar a enfermos (que son todas acciones maravillosas e influyentes en la acción del dar). Debemos ayudar a nuestro interior, otorgandonos la capacidad de realizar cada acción de ayudar, desde el lugar del otro. la paz interior y la aceptación interna es fundamental. Nos debemos reconocer como seres carentes e interrelacionados. Comprender que todos necesitamos de la ayuda del otro; en diversos aspectos. Ya que desde ese lugar conpenderemos que es solamente cuestión de tiempo. El niño necesita de sus padres, el mendigo de la caridad de sus semejantes; la persona mayor necesita del cuidado de alguien idoneo; el discípulo de la ayuda de su maestro, y así sucesivamente.
Y cada uno va transformando sus roles, hoy puedes ser aquel que necesita ayuda económica; mañana te conviertes en que brinda esa ayuda. O quizás, hoy sos el que cuida a un enfermo, y mañana el enfermo seas tu.
La vida nos pide a gritos que nos ayudemos. Pero no le hacemos caso. Esperamos a dar 'ayuda' cuando alguien nos la solicita.
¿porque esperar a que aquel que sufre hambre nos pida una moneda? Si lo vemos acercarse y si estamos en armonía y atentos; deberíamos 'sentirlo' y ayudarlo, sin necesidad de que nos lo pida.
¿porque si alguien tiene un problema evidente (de cualquier índole) no echarle una mano, antes que se desmorone? Sin necesidad de que nos lo pidan

La raza humana ha sido premiada con grandes dones, el principal es el amor. El amor, que mucho se habla de ello, lo deberíamos inspirar y emanar permanentemente. Cual semilla, germinandolo en todos los seres. Sintiendo junto a los demás, no abandonandonos en las carencias, y comprender, que para evolucionar, debemos hacerlo todos al unísono.
De nada nos sirve "un sólo iluminado y un puñado de seguidores, creyendo que es diferente al resto y sosteniendo un mito" iluminemonos juntos,

!Despertemos para amarnos,
Y amemonos para ayudarnos¡

Y nos deseo, ¡que así sea!

por Maria Gonzalez

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