miércoles, 6 de abril de 2016

Cuento para soñar I

En un bosque en las afueras de un pequeño pueblo, vivía un niño llamado Antony, junto a su madre Tara.
Su vida era muy consentida, puesto a que su mamá se dedicaba plenamente a los cuidados de ese pequeño.
Su padre ausente, hijo único, Antony era una criatura feliz gracias a la presencia de aquella mujer.
Un día el pequeño emprendió un paseo por el bosque, cuando de pronto, conoció a un hombre muy extraño. Era un forastero, que estaba en busca de una hechizera. Habia oido que se encontraba en aquel bosque. Pero sin suerte, aún, no podía acceder a ella.
Antony sabía algo de esa anciana, pero no recordaba el lugar exactamente para localizarla. 
Igualmente, el pequeño se atrevió a preguntarle  el porque de encontrar a esa señora con tanta desesperación. Para lo cual el hombre respondió, tomando de su bolsillo una pequeña mariposa de cristal. Era preciosa y de color rosa. 
-"tendré que romper el hechizo. Hace muchos años, me la entregó un ermitaño, me dijo que su cristal era muy fuerte; Casi irrompible. Que sería mi compañera por siempre, pero que cuando me confiara de su presencia, la mariposa se a grietaria por dentro, y allí debería ir a buscar a una hechicera, para repararla; ya que sino mi tristeza sería tan grande, por haberla dañado, que no podré continuar. ¡Y mirala ahora! hermosa, pero dañada"
-"¿y tu sientes tristeza?", dijo el niño.
-"¡claro! Al principio había sentido alivio, porque la mariposa requería de un cuidado especial. La debía dejar a una temperatura adecuada, limpiarla con un producto especial; y debo reconocer que muchas veces estaba cansado del trabajo que requería. Por ello cuando se dañó su interior, me apene pero enseguida pensé lo bueno que sería no tener que hacer más esos pequeños ajustes diarios que me requería. ¡Pero paso el tiempo y comencé a extrañarla! 
El hombre rompió en llanto, y dijo a modo de reflexión: -"uno valora las cosas cuando ya no las tiene. Tenía razón aquel ermitaño. Debo encontrar a alguien que ayude a recuperarla"
El niño pensó en buscar  a su madre. Sólo ella podría guiar a este hombre perdido. Le pidió que lo acompañará a su casa.
Su madre esperaba a Antony con la cena lista. Cuando el viajero relato su historia y le enseñó la mariposa, el nombre de Greta, se le vino a la cabeza.
Y exclamó: -"hay una anciana llamada Greta que te podrá ayudar"
Emprendieron el viaje en búsqueda de la hechicera. 
La señora muy amable, los recibió en su morada. Se miraron a los ojos durante unos largos minutos.
-"recibiste un hechizo de amor. Y por ello estas aquí", dijo con certeza la mujer.
-" No creo que sea de amor, es una mariposa. Te contaré la historia", dijo el hombre enseñando su pequeño objeto.
-" No me tienes que contar la historia. La mariposa la reparare en su interior. Y te la llevarás en perfecto estado. Luego deberas buscar la mariposa incansablemente, la encontraras un dia, requerira de ciertos cuidados. Haz los con amor, y recuerda cuando te sientas agotado, todo lo que has tenido que hacer, cuando la perdiste y lo triste que has estado. ¡los hombres sabiondos como tú, que creen que lo saben todo y se aburren rápido, reciben estos hechizos de amor, y luego la tristeza profunda!. Aquel ermitaño ha sido noble contigo, y te entrego la mariposa de cristal. Un día la mariposa la encontraras y lo que será de cristal, será su corazon".

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