miércoles, 25 de mayo de 2016

Sólo tres cosas importaran


 CUANTO AMASTE

Amar es uno de los verbos más significativos en la vida de los seres vivos. Amamos desde que nacemos, a nuestra madre, a nuestra familia, a nuestros amigos, a nuestras mascotas. No nos enseñan a amar. Nuestro entorno nos da el ejemplo de lo que ellos sienten, y nosotros imitamos y vamos explorando internamente sensaciones, estados emocionales  provenientes del corazón, y del alma, que nos indican que estaríamos  amando.
A medida que vamos creciendo espiritualmente, vamos expandiendo nuestra conciencia, nuestra capacidad de amar, porque aprendemos a amarnos a nosotros mismos, y a amar a todo lo que nos rodea. Pero nuestro gran dilema es saber si realmente amamos o si creemos que amamos verdaderamente.
El amar es sinónimo de estar conectado con la energía vital que vive en nuestro interior y que inunda el alma y nos hace sentir un estado de Unión y de sentir 'perfecto'.
Si bien la perfección no existe, aquel que ama se siente en conexión con esta vibración y parece experimentar la perfección, porque su expansión es tan profunda que todo lo abraza. Nace desde dentro y abarca todo lo que lo rodea. Ama tanto a quien tiene al lado y lo conoce, por ser familiar amigo o allegado; como también ama a un desconocido.
Quien ama porque no puede refrenar esa sensación interna, esa sensibilidad por los demás seres sintientes, es aquel que Buda nombra en su frase.
Mientras que aquellos que dicen amar pero seleccionan a quien, discriminan o no siente la Unión con los demás, no estarian en condiciones de llamarse Amadores, simplemente aprecian lo que conocen. Tienen cariño por lo familiar.

Pero estamos todos a tiempo de expandir ese sentir.
Con una atención y un ejercicio por dejarnos fluir y llenarnos nosotros mismos de amor, Amando nuestras debilidades principalmente, aquietando nuestra mente y relajandonos; podemos ponernos en el camino para amar como Buda indicaba. Cuando un ser despierta en ese amor eterno, se transmite en sus ojos, en sus actos, en sus palabras.
Un instante nos tomaría cuestionarnos si realmente amamos o creemos que amamos y no lo hacemos aun.

CUAN GENTILMENTE FUIMOS

Ser gentiles, en la sociedad moderna, es una condición dada parecería ser para unos pocos. Las sonrisas mirándonos a  los ojos, el agradecer los pequeños o grandes gestos entre los pares, son actos de gentileza. Es hacer honor a la especie. Reconocernos entre unos y otros y querer respetarnos mutuamente. Respetar aunque no seamos del mismo culto o religión, del mismo equipo, del mismo país. Respetarnos por ser 'humanos'. Ese deberia ser nuestro gran himno. Y deberíamos protegernos todos por ser humanos. Y los subgrupos o categorías, no son más que categorías para organizarnos. Somos tantos que nos hemos dividido en continentes, en culturas, en ciudades, en barrios, en familias; pero detrás de todo esta la unidad, la individualidad y la similitud entre todos. Y a ello Buda solicitó el ser 'gentiles' entre todos. Muy lejos de estar equivocado, que nuestra pregunta interna sea ¿cuan gentil soy a lo largo del día ? Depende de tu respuesta, ya sabes como podes mejorar. Siendo más humano.

DEJAR IR LIBREMENTE

Todo lo que nos sucede, nos pasa por algún motivo. Una razón de peso, hace que las cosas ocurran. Todos estamos en una fila, a la espera. A la espera de una alegría, una tristeza, una prueba, una recompensa; una situación vital, para de este modo poder cumplir con la evolución de nuestra experiencia humana. Quien quiera salir de esa línea, no podrá. Pues es una condición igualitaria para todos los seres vivos
 Por ello, hay situaciones, personas, cosas que nos acompañan a lo largo de un determinado período, largo o corto, para cumplir con una etapa. Evolucionando en conjunto, están allí por algo. Pero con tiempo de caducidad, luego se alejan, desaparecen, y ya no seguimos unidos en cuanto a la materia física. Allí es cuando debemos saber agradecidamente soltar. Celebrando su desaparición, por más duro que suene, cumplió su misión o su rol junto a nosotros. Agradecer por el paso en nuestras vidas, per saber y confiar que nos espera algo nuevo, tanto a nosotros como a lo que se fue. Y a ello es a lo que Buda proclamó el dejar ir las cosas o las personas que no eran para ti.
Continúa tu evolución abierto a lo nuevo. Enfrentar las debilidades y sacar fuerzas de nuestras flaquezas, nos unirá a la especie asombrosamente, ya que estaremos uniéndonos con nosotros mismos.

por María Gonzalez